Soberbios el sol i la luna.
Como andamios del cielo
colocan, gradan y degradan colores sin nombre
hechos de rayos, de brillos y reflejos,
de tonos, inflexiones, de sombras y luz...
Se alarga la tarde y la calidez solar
abruma nubes y azules por encima del mar
mientras sube la luna y otorga esa frialdad
que solo ese espejo sideral sabe reflejar.
Y la brisa de agua acaba de hilar
una sensación difícil de olvidar.
Desde la piragua,
bordeando el manglar.
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