martes, 25 de marzo de 2008

Desde la piragua





Soberbios el sol i la luna.

Como andamios del cielo

colocan, gradan y degradan colores sin nombre

hechos de rayos, de brillos y reflejos,

de tonos, inflexiones, de sombras y luz...



Se alarga la tarde y la calidez solar

abruma nubes y azules por encima del mar

mientras sube la luna y otorga esa frialdad

que solo ese espejo sideral sabe reflejar.



Y la brisa de agua acaba de hilar

una sensación difícil de olvidar.

Desde la piragua,

bordeando el manglar.





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