viernes, 28 de marzo de 2008

Doce años









Doce años más o menos;

mirada del niño pasajero

a los pies, al sucio calzado ajeno.



El ferry de Dakar a Gorée, repleto:

el niño pasajero prevee, calcula

su salario de hoy, salario dominguero.

Con un trapo y el betún paseará

el niño en la isla de los esclavos el día entero.



Le sonrien los ojos, le sonrien los dientes

cuando mintiendo en francés me dice

que va a la escuela de lunes a viernes.



Escaso es su negocio,

pero alto es el precio

de su vil desamparo perverso y necio.







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